Sin embargo, en 2014 el número de registros ha sido realmente elevado, para tratarse de una rareza. Concretamente se ha visto en las cuatro ocasiones que a continuación detallamos:
2. El 26 de marzo de 2014, en Higuera de Llerena (Badajoz), se observa otro macho adulto (Marc Gálvez y José Guerra -fotografía superior- y Francisco Montaño y Celestino Moreno).
3. El 12 de mayo de 2014, en la carretera EX-390, Talaván (Cáceres), de nuevo un macho adulto (Thierry Fallet).
4. El 17 de noviembre de 2014 se observa un juvenil al sur de Jaraicejo (Brian Small -dibujo adjunto-).
En resumen, hasta la fecha tenemos constancia de siete registros de aguilucho papialbo en Extremadura. En seis casos machos adultos y en uno, un juvenil. Cinco de los registros corresponden al paso migratorio prenupcial, un caso es de invernada prolongada (al menos dos meses) y otro, en noviembre, podría ser también invernada, sin descartar paso otoñal tardío. Como en otras especies, abajo se ilustra la distribución geográfica y temporal (años y meses) de todos los registros considerados. Es evidente el aumento reciente en el número de observaciones, que están limitadas al periodo entre noviembre y mayo. Geográficamente no se aprecia ningún patrón en la presentación, que parece depender del azar y de la fortuna a la hora de encontrar esta especie.
Como ya se ha puesto de manifiesto en diversos medios, la presencia invernal de aguilucho papialbo en la península Ibérica es reciente, pero en claro aumento, y al parecer se debe a la expansión hacia el oeste del área de cría en el norte de Europa (Suecia y Finlandia), cuyas aves migran por la ruta europea-occidental. Aunque la invernada se debe producir principalmente en África, cada vez se conocen más casos en la península Ibérica. Para más detalles sobre la presencia en España peninsular (49 registros homologados hasta 2011) y sobre el estatus mundial de esta rapaz "Casi Amenazada" se puede consultar esta entrada anterior.
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