domingo, 5 de febrero de 2012

EMBALSE DE SIERRA BRAVA: CONTANDO PATOS

Impresionante aspecto del embalse de Sierra Brava (Cáceres) la mañana del 14 de enero de 2012.
No es una nube de mosquitos ni un negativo de la Vía Láctea, sino de varios miles de patos descansando sobre parte de la extensa lámina de agua del embalse (pulsad para ver en grande). Por Javier Prieta.

Inmersos en fechas de celebración del Día Mundial de los Humedales es de justicia divulgar el más destacado de Extremadura, al menos para las aves acuáticas. El embalse de Sierra Brava se localiza en el sureste de la provincia de Cáceres, en la cuenca del Guadiana y en su totalidad dentro del municipio de Zorita. Forma parte del plan de regadío denominado Zona Centro de Extremadura, que consta de varios embalses y una amplia superficie de cultivos, principalmente maizales, arrozales y frutales. Construido en 1994, Sierra Brava no alcanzó su cota media hasta 1998, siendo en enero de 2002 “descubierto” por el mundo ornitológico. Desde 1995 el tradicional censo de aves acuáticas invernantes fue olvidado en Extremadura, así que nada se sabe sobre que ocurrió aquellos inviernos. En enero de 2002, el recién creado GOCE (Grupo Ornitológico Cacereño, hoy SEO-Cáceres) tuvo como primer proyecto retomar el censo de acuáticas en Cáceres. Y la sorpresa fue mayúscula. Pocos se podían imaginar tal concentración de patos, que más o menos fue cifrada en unos 61.000. Y Sierra Brava no estaba solo, pues otros embalses y balsas de la Zona Centro también acogían importantes cantidades de anátidas.

Diez años después, SEO-Cáceres ha repetido en enero de 2012 el censo de aves acuáticas invernantes, con Extremadura completa como objetivo. Obviamente, Sierra Brava no iba a ser esta vez una sorpresa. Así, el sábado 14, seis miembros de SEO-Cáceres se dispusieron a censar los humedales de Zona Centro, con especial atención a Sierra Brava. Quién lo conozca, sabrá que no es posible contar in situ las aves allí presentes (ver foto superior). El método elegido, probado parcialmente en años anteriores, fue una mezcla de censo fotográfico y censo directo. Aunque los pronósticos anunciaban niebla y de camino incluso llovió, la mañana fue espléndida, soleada y sin viento, lo que permitió un detallado barrido mediante digiscoping desde un punto elevado (el cerro de Sierra Brava que da nombre al embalse) de las célebres balsas de patos del lugar. Además, durante cuatro horas se censaron las especies menos numerosas (ánsar común, tarro blanco, ánades silbón y friso, somormujo lavanco y focha común), las orillas y algunas colas del embalse, además de anotar las proporciones de las especies más abundantes. Por tanto, la jornada de campo terminó sin resultado alguno.

Ahora tocaba, ya en casa, la segunda parte, contar una por una las aves fotografiadas y además indicando especies. El material disponible eran 199 fotografías y varias páginas llenas de anotaciones. Las fotos con menos individuos fueron contadas en la pantalla del ordenador y las más complejas, impresas a color, sobre papel. El número de aves por foto osciló entre tres y 2.093 (252 de media), sumando 50.187, a la postre el 86% del total (58.000). Determinar cuantas correspondían a cada especie no fue tan difícil como parecía, pues los patos se segregan durante su descanso en Sierra Brava. Así, gracias a 72 puntos de observación hechos en el campo, donde se contaron 9.703 individuos (c.20% del total), se vio que una de las grandes balsas estaba formada en un 99’9% por cucharas, especie para que la cifra obtenida se considera precisa. La otra gran balsa estaba formada casi totalmente por cerceta común en un extremo y por ánade rabudo en el otro, mezclándose en el centro. Como en gran parte de las fotos fue posible identificar las especies, sólo se aplicaron estimas en casos dudosos de ciertas partes de la balsa. Únicamente quedaba cuadrar lo anterior con los censos directos de especies escasas y zonas no visibles en las fotografías (los azulones ocupan sobre todo las zonas periféricas y las orillas).

Detalle del embalse de Sierra Brava (Cáceres) el 14-01-2012. En la imagen se han contado 1.019 anátidas,
en su inmensa mayoría cercetas comunes (Anas crecca), apreciándose en primer término
también algunos ánades rabudos (Anas acuta). Por Eva Palacios.

Como en otras entradas de este blog, la idea era realizar una revisión de los datos previos sobre Sierra Brava y la Zona Centro. Información publicada hay muy poca, pero se dispone de los censos de enero oficiales de Extremadura entregados, a través de SEO/BirdLife, al Ministerio de Medio Ambiente. Estos datos se resumen en las tablas abajo mostradas, pero dado que ni se conocen los métodos seguidos, ni los autores, ni las fechas (al parecer algunos censos fueron hechos en febrero), hemos preferido obviar una revisión profunda. La gráfica de evolución muestra unos profundos altibajos, que nos han sorprendido, dado que en las muchas visitas realizadas a Sierra Brava durante 10 años no los hemos percibido. También sorprende que en algunos censos figuren cifras de cero cercetas comunes ó 500 cucharas, muy alejadas de la realidad. Las cifras totales de Sierra Brava , que oscilan entre 11.000 y 102.000 anátidas, fochas y somormujos, han sido objeto de polémica, tanto en uno como en otro sentido. Al menos en dos temporadas hubo censos simultáneos: en 2002 el mismo día, con dos estimas de 45.000 y 73.000 ejemplares (un 66% de diferencia; para el resultado se optó por calcular la media), y en 2003, con dos estimas iguales (unas 100.000 aves), pero dispares en cuanto al reparto por especies. A pesar de ello, la importancia de Sierra Brava es manifiesta, concentrando habitualmente más de la mitad de las anátidas invernantes en Extremadura. Si consideramos la Zona Centro en conjunto, estamos ante el tercer humedal español en importancia para las aves acuáticas invernantes, sólo por detrás de Doñana y el Delta del Ebro.

Ignoramos si en otras ocasiones se han efectuado censos fotográficos, pero viendo la experiencia de 2012, es el método que recomendamos. Evidentemente tendrá errores, pero pensamos que es sencillo y objetivo. La principal limitación es realizarlo en días óptimos para la fotografía (con buena luz y sin viento) y debería mejorarse la cobertura en orillas y algunas colas para detectar sobre todo ánades azulones, que podrían haber quedado infravalorados en el presente censo.



Por si alguien se lo está preguntando, como alternativa al recuento fotográfico se probó también el recuento informático (Photoshop). El método funcionaba y era posible determinar el número de puntos por fotografía, pero las cifras fueron un 20-30% inferiores al recuento directo debido a que dos o más aves pueden contactar formando un solo punto.

El censo 2012 en la Zona Centro de Extremadura forma parte del Censo de aves acuáticas invernantes en Extremadura promovido por SEO-Cáceres. El mayor mérito recae sobre Eva Palacios, que pacientemente realizó las fotografías y con más paciencia aún contó uno por uno los “patitos”. Javier Prieta completó el trabajo de campo y puso cifras finales a Sierra Brava. Sergio Mayordomo, Marcelino Cardalliaguet, César Clemente y Javier Mahíllo censaron el resto de la Zona Centro. De modo independiente, Miguel Ángel Romo y Javier Pérez Gordillo cubrieron las Charcas de Manzanares (Campo Lugar, Cáceres). Por último, agradecer a Raúl Guzmán su trabajo ideando un método informático alternativo y a Blas Molina (SEO/BirdLife) los datos de censos de años anteriores.

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