Tal día como hoy, hace exactamente un año (el 26 de julio de 2012), tuve la oportunidad de participar en la captura y marcado para su seguimiento vía satélite, por primera vez en España, de un abejero europeo (Pernis apivorus). El lugar: un fresco melojar a unos 1.000 metros de altitud en las laderas del Valle del Jerte, Cáceres. El protagonista: un abejero macho que bautizamos como Picoto. Brevemente narraremos un año en la vida de un abejero ibérico, gracias al espionaje a que ha sido sometido. Fotografía superior por Domingo Rivera.
Durante el primer mes, hasta el 30 de agosto en que comenzó su viaje migratorio al sur, Picoto prosiguió con éxito la crianza del único pollo que contenía su nido. Abajo se muestra una fotografía hecha el 9 de agosto de su vástago, el no tan pequeño Picotín, que abandonó con éxito su territorio unas semanas después, en los primeros días de septiembre.
La estancia en Liberia estuvo llena de incertidumbre, pues apenas se recibían señales del emisor, muy espaciadas en el tiempo y siempre en un área muy reducida. Se llegó a sospechar de la muerte de Picoto y que el emisor se hubiera convertido en un juguete de algún liberiano curioso. Pero por fin, después de siete meses de dudas, Picoto voló rumbo norte el 15 de abril de 2013. Seguramente la causa de la falta de emisiones entre octubre y abril fuese el hábitat selvático donde nuestro abejero permaneció, impidiendo la densidad de los árboles la correcta carga de las baterías solares y la conexión con los satélites. En la ortofoto inferior se muestra, aunque hay que echarle algo de imaginación, el lugar de invernada en plena selva ecuatorial africana.
La vuelta de Picoto hasta su "hogar" extremeño fue casi un calco de la ida. Sólo duró un día menos, 16 días, entre el 25 de abril y el 10 de mayo de 2013. Se extendió 200 km más (total de 4.274 km en línea recta), a una media de 267 km diarios, con un máximo bastante más largo de 512 km en un día. Como curiosidad, la máxima altitud de vuelo fue de 3.360 m y la velocidad máxima de 41 km/hora. Los países atravesados fueron los mismos en sentido inverso: Guinea, Malí, Mauritania, Argelia y Marruecos. El 8 de mayo cruzó el Estrecho y el día 10 de mayo ya ocupaba su nido del año anterior en el Valle del Jerte. A partir de entonces, por motivos de seguridad en la reproducción, los datos del emisor han dejado de hacerse públicos, pero Picoto sigue fiel a su nido y está criando con normalidad, como puede verse en la foto tomada el 21 de junio donde aparece tranquilamente incubando. Con cierta atención es posible ver la antena del transmisor, con algunas pelusas en la punta, saliendo de la espalda.
Agradecimientos: por supuesto al sufrido Picoto, colaborador involuntario, esperemos que por el bien de su propia especie. Gracias en especial a Iván Solana, agente que localizó el nido y que realiza con gran respeto el seguimiento directo de Picoto, y a Domingo Rivera y Ángel Sánchez, encargados del seguimiento por satélite y que amablemente han ido informando de las venturas y desventuras de nuestro querido abejero. En la captura y marcaje participaron Javier de la Puente, José María Abad, Javier Caldera, Ángel Sánchez, Iván Solana, Domingo Rivera, un servidor (Javier Prieta, que poco hice, salvo ponerle nombre) y, con disculpas, otros colaboradores de los que desconozco su nombre. El marcaje ha sido realizado por la Junta de Extremadura y la información ha sido publicada a tiempo casi real por SEO/BirdLife en la web del programa MIGRA.
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