El buitre moteado (Gyps rueppellii) es muy probablemente la especie
considerada rareza en España que más veces se observa en Extremadura, como pone
de manifiesto que hasta la fecha sean once las entradas publicadas en este blog
(doce con la presente). Aunque en 2015 aún no se conocían avistamientos de la
especie, en las pasadas semanas ha tenido lugar una interesante serie de
observaciones que refuerza la idea de que el buitre moteado es un visitante
regular en Extremadura (y seguramente en todo el suroeste ibérico), al menos
entre marzo y octubre, cuando deben entrar y salir de la península acompañando
a los buitres leonados en sus migración. Esta distribución es compartida por
otras especies de aves de origen africano, bien colonizadores recientes como el
elanio azul y el vencejo cafre, bien aves en dispersión como el halcón borní.
La primera observación conocida en 2015 tuvo lugar en el puerto Conejero, Alburquerque
(Badajoz), el día 13 de julio de 2015, cuando se vio en vuelo un ave de más de
dos años pero aún no adulta por parte de Joaquín Mazón. Este ejemplar ha sido
visto de nuevo por el mismo observador, tanto en el mismo lugar (días 26 y 29
de julio; en compañía de Justo Tarriño, José María Casas, Carlos Casas y Jacobo
Hernández; día 16 de agosto) como en el cercano municipio de La Codosera el 1 de agosto.
Posiblemente sea la serie más larga de citas de un mismo ejemplar en
Extremadura, más de un mes. Fotografía superior de Joaquín Mazón tomada el 29 de julio de 2015.
Otras dos observaciones tuvieron lugar, como en otras
ocasiones, en el curso de sesiones fotográficas en aguardos comerciales donde
se atrae aves necrófagas con despojos o carroñas. El 24 de
julio de 2015 Martin Kelsey y Patrick Kelsey fueron sorprendidos por un juvenil
en la finca La Cañada, Torrejón el Rubio (Cáceres).
Y el 1 de agosto le sucedió lo mismo con otro "ruppell" juvenil a José Gordillo en el aguardo de Photoraptors en San Vicente de Alcántara
(Badajoz).
Para terminar, hay
otro registro no del todo seguro en el basurero de Mirabel el 6 de agosto (Hugo
Sánchez y Raquel Lozano). La fuerte
reverberación no permitió distinguir bien algunos detalles, en concreto no se pudieron apreciar las motas o estrías en el plumaje, aunque si se advirtió en comparación a los buitres leonados próximos que se trataba de un ave de
menor tamaño, más oscura, de cabeza más pequeña y cuello
más “carnoso”. Todo ello sugiere en gran medida que seguramente sea un juvenil de buitre moteado.
Esperemos que no sean los únicos avistamientos de 2015, al final del cual intentaremos actualizar los habituales gráficos y mapas.
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