El día 2 de febrero de 1971 se firmó la Convención sobre Humedales en la localidad iraní de Ramsar. Por este motivo, cada 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales, siendo numerosas las actividades previstas en España en los próximos días (ver aquí). Los humedales son quizás los lugares más visitados por los aficionados a la ornitología, sitios donde disfrutar de las vistosas aves acuáticas, sus espectaculares bandos y sus rarezas asociadas. De forma natural, Extremadura nunca fue pródiga en humedales, salvo los ríos, careciendo de marismas y lagunas. Pero la mano del hombre, que tanto ha transformado el territorio, ha creado en las últimas décadas grandes superficies de medios acuáticos en suelo extremeño. Un asunto delicado, por cierto, y del que ya se hablado en este blog. Crear destruyendo: difícil tesitura. El caso de los embalses es el mejor conocido, no tanto el de los arrozales. Muchos forasteros se sorprenden al saber que Extremadura es un gran productor de arroz, algunos años el mayor de España, otros el segundo tras Andalucía. En 2009 se superaba la cifra de 30.000 hectáreas de arrozal en la región, la gran mayoría en la comarca de Vegas Altas. Determinar las aves que los ocupan no es tarea fácil, pero el pasado enero se llevó a cabo un censo coordinado de los arrozales de Vegas Altas. Para ello, se dividieron en nueve sectores las más de 70.000 hectáreas de la comarca y cada sector fue visitado el día 18 de enero de 2012 por una o dos personas. El resultado conjunto fue de casi 54.000 aves acuáticas, destacando entre ellas las limícolas, cuyas cifras se muestran en la siguiente tabla.
Como tanto número puede decir poco, conviene matizar estos resultados. Así, para cigüeñuela se ha obtenido el mayor registro regional conocido, que multiplica por más de diez la media en Extremadura en el periodo 2005-2008 (130 aves). El correlimos menudo se sitúa también por encima de dicha media (16 aves). Avoceta, correlimos común, combatiente, zarapito real y los tres chorlitejos arrojan cifras normales. Respecto a la aguja colinegra, en enero comienza la migración prenupcial y las aves vistas no son invernantes estrictos, aumentando su número en cuestión de días hasta alcanzar máximos en febrero de más de 25.000 individuos (ver aquí). Los valores de avefría, chorlito dorado y agachadiza común están por debajo de la población real, al ser especies dispersas difíciles de cuantificar. Por último, la poca información previa sobre archibebes y andarríos no permite comparaciones, pero en general las cifras obtenidas son superiores a las publicadas, quizás por una mejor cobertura, aunque seguramente no completa. De nuevo fueron observados dos andarríos bastardos, invernante muy escaso pero regular desde el año 2002 en Vegas Altas.
El censo 2012 en Arrozales de Vegas Altas, integrado en el Censo de aves acuáticas invernantes en Extremadura, fue organizado por Luis Lozano, Juan Pablo Prieto y Fernando Yuste. Además contó con la participación de Ángel Sánchez, Atanasio Fernández, Javier Caldera, Domingo Rivera, Manuel Gómez Calzado, Ángel Luis Sánchez, Benigno Cienfuegos, Sergio Mayordomo, Marcelino Cardalliaguet y Javier Prieta.
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